en las telarañas orgánicas
en el puntito central
donde soy
hay una pelusa sobrehinchada
de luces intermitentes
pero esa pelusa grotesca
no quiere nada con luces
las esconde mezquinamente
y no puedo salir
(Ley primera: No hay existencias caprichosas)
¡Matemos a la pelusa! ayudenmé, maldito tapón de inmovilidad. Se cree tan alta con sus hilos que duelen al morderlos. Ódiola
Osmosis con el mundo
él absorbe mi pelusa
y yo empiezo a ser
(es bastante justo)
Que muera esa distancia creciente
entre el ente fraccionada que soy
y la yo entera
¿Es tan malo desear ser persona?
ya no mera posibilidad de.
II.
disminuida, soy navecita ínfima que nada abajo del mundo, ahí ya no quedan ni caracoles, y el cuerpito todavía es tibio, pero lleno de polvo. Tengo hábitos como todas las casi-personas. (Nótese el “casi”: las esperanzas nunca se pierden completamente).
Todos los días me levanto, tomo café engañándome con la importancia de los banales pensamientos helicóptero, y después, con el cuerpo lleno de sustancia, me largo a caminar por calles largas, que tienen árboles que parecen haber muerto sin saberlo. Cuando me canso, me acurruco en el piso maloliente de algún edificio abandonado y me convierto en cáscara de naranja por algunas horas. A la noche vuelvo a mi colchón roto de frustraciones y me tapo con la sábana que aplaca lo poco que me inmuté en todas esas horas de vida.
Todavía no encontré el punto del yo, entero y rebosante, sólo una punta que aún no logro seguir.
[Sustituyendo algo tan estúpido como el género gramatical
me entrechoco
agolpo
amontono
en lo que falta]
(..
.
..
..
…
.)
la pulpa sigue oculta, (¿y si llaman a alguien que la despierte?) Está ahí dormida, y yo,
soy fragmentada
soy semilla
potencia
Noquieronoquiero
Miro el borde piel adentro, intuyo la entrada infranqueable
im-pasable
im-posible
in-traducible
dialéctica
porque puedoynopuedo
pasoynopaso
[La navecita tiene miedo, hablémosle como en los cuentos infantiles donde el malo siempre pierde al final:
niñita, no pasa nada, es sólo un mal sueño.]
no es tan fácil Mr. Universo.
Aunque es verdad que a veces abro los ojos, con un secreto convencimiento de que todos estos planteos ampulosos son simplemente vacíos, sin contenido, sin razón de ser: productos de una ansiedad enfermiza.
(Ley fundamental: no hay existencias caprichosas)
no hay no hay no hay
¿me siento a esperar?
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